- Fuente: National Geographic; USDA; FireRescue1.
- Traducción: Andrea Sanguinetti, Impomak S.A.
- Fecha: 18/10/2019
Beber agua es fundamental para evitar las dolencias derivadas del estrés térmico. Dependiendo del nivel de calor y actividad, un bombero puede consumir desde medio litro a 3 litros cada hora.
Cabe mencionar no obstante que los líquidos demasiado fríos estimulan las terminaciones nerviosas de la zona posterior de la garganta, provocando con ello que el cerebro reciba en forma prematura la señal que la sed se ha saciado.
Las labores de combate de incendios demandan un nivel de energía muy alto y a medida que el cuerpo humano quema (metaboliza) combustible (calorías), genera una gran cantidad de calor. El cuerpo normalmente se enfría mediante la transpiración, es decir, cuando el sudor se evapora, disminuye la temperatura corporal (se debe tener presente que los ambientes cálidos y húmedos evitan que el sudor se evapore con la rapidez suficiente).
La regulación de la temperatura es crítica para la supervivencia, dado que el cuerpo humano tiene un rango de funcionamiento normal bastante limitado. Si aumenta la temperatura corporal sólo algunos grados, de inmediato se observarán las consecuencias. Desde el punto de vista químico, se puede producir un desequilibrio electrolítico por una excesiva pérdida de líquido y/o sales a través de la transpiración. El estrés térmico se puede manifestar básicamente de tres maneras:
- Calambres severos y cortos en los músculos de piernas, brazos y abdomen que pueden ocurrir durante o después de un ejercicio muy demandante en condiciones de calor extremo producto que la transpiración excesiva consume las sales corporales. Estos calambres pueden preceder un estado de agotamiento.
- El agotamiento se produce cuando una persona permanece en un ambiente caluroso sin consumir suficiente líquido. Los síntomas son sed extrema, fatiga, debilidad, piel sudorosa, náusea o vómitos y respiración agitada.
- El golpe de calor es la condición más seria. En efecto, si no se trata (incluso por un breve tiempo) puede causar la muerte o una discapacidad permanente. Esta dolencia ocurre cuando la temperatura del cuerpo se eleva con demasiada rapidez y alcanza 41°C o más en un lapso de 10 a 15 minutos. En este caso, falla la regulación de la temperatura interna y se puede producir pérdida de conocimiento, coma o shock Los síntomas típicos son piel seca, roja y caliente, ausencia de sudoración y pulso acelerado, pero débil.
Cabe señalar que, a pesar de una adecuada hidratación, aún es posible que surjan estos problemas en condiciones de altas temperaturas. Es por ello que los brigadistas que combaten incendios forestales necesitan además contar con uniformes que ofrezcan un adecuado equilibrio entre comodidad y protección térmica. No solo es importante la capacidad del traje de resistir el calor de las llamas. También es crucial que éste pueda manejar el calor corporal de modo que no quede atrapado dentro de él y disminuya en consecuencia la posibilidad de sufrir deshidratación e hipertermia. Por lo tanto, los trajes para combate de incendios forestales deben proteger a los bomberos de las condiciones ambientales (ramas de árboles, calor, entre otros), pero a la vez permitir la salida del calor corporal, es decir, deben ser respirables. La ropa que ofrece mayor protección frente a factores ambientales muchas veces es menos capaz de disipar el calor corporal. Asimismo, las prendas que se usen bajo el traje deben ser sueltas a fin de favorecer la evaporación de la humedad de la piel. Todos estos factores contribuirán a evitar los riesgos asociados al estrés térmico.