- Fuente: Industrial Scientific Corp.
- Traducción: Andrea Sanguinetti, Impomak S.A.
- Fecha: 25/02/2019
Un mito frecuente en relación a los detectores de gases portátiles es el concepto del “rango de detección”, es decir, el área circundante monitoreada por el detector. Esto lleva a los usuarios a preguntarse, por ejemplo, si su instrumento detectará un gas peligroso a 1 o 3 metros, o si el rango de detección aumentará al agregar una bomba. Estas dudas surgen de la creencia que los detectores “buscan” gases y los identifican a distancia, lo que desafortunadamente no es cierto.
En el caso de los portátiles, los gases detectados serán aquellos que se encuentren inmediatamente frente al instrumento y entren en contacto con los sensores. Por lo tanto, para una máxima efectividad, un detector se debe usar en la zona de respiración, que de acuerdo a OSHA (Administración de Salud y Seguridad de EEUU) corresponde a “una semiesfera desde los hombros hacia el frente dentro de un radio de aproximadamente 15 a 22 cm”.
En cuanto a los instrumentos con bomba, su propósito es monitorear un ambiente antes de hacer ingreso a él, como es el caso de los espacios confinados. Para ello, la bomba toma una muestra desde un área distante, la cual entra en contacto con los sensores y el equipo luego realiza la medición. Si bien es importante aclarar que los instrumentos con bomba no aumentan el rango de detección ni el nivel de protección del usuario, sí ofrecen la flexibilidad de tomar una muestra remota en cualquier momento agregando una sonda o tubo. En consecuencia, si no se está utilizando para toma de muestras, un detector con bomba ofrecerá el mismo nivel de protección que uno sin bomba.
Este principio también se aplica a los monitores de área. Estos utilizan la misma tecnología de sensores que los portátiles y ofrecen igual rango de detección, por lo tanto, no detectarán un riesgo a distancia, sino hasta que el gas entre en contacto con los sensores.
En conclusión, una norma básica de seguridad es que el detector de gases se debe utilizar dentro de la zona de respiración. El gas peligroso que más debe preocupar al usuario es aquel que está a punto de ingresar a sus pulmones. No existe por consiguiente un lugar más seguro en el cuerpo para llevar un detector de gases que cerca de su nariz y boca.