- Fuente: Industrial Scientific Corp.
- Traducción: Andrea Sanguinetti, Impomak S.A.
- Fecha: 05/04/2022
¿Dónde acechan los contaminantes o inhibidores de sensores de detectores de gases?
Los sensores de detectores de gases están diseñados para ser expuestos a gases explosivos, tóxicos y corrosivos, pero esto no significa que sean infalibles. Las substancias químicas y vapores provenientes de limpiadores y lubricantes de uso común pueden actuar como contaminantes o inhibidores de los distintos tipos de sensores.
Uno de los sensores que se puede ver más afectado es el LEL catalítico, muy comúnmente utilizado. Este tipo de sensor quema el gas que entra en contacto con la perla catalítica y detecta el cambio de temperatura, el cual se traduce en la lectura que se muestra en la pantalla del monitor. Los agentes contaminantes o inhibidores en contacto con la perla catalítica evitarán que el gas se queme o lo haga en la medida que debería, lo que en consecuencia impedirá la lectura.
Ocurrido esto, no habrá forma de removerlo y el sensor deberá ser reemplazado. Este sensor bloqueado ya no podrá quemar ningún otro gas combustible y por ende tampoco entregar una lectura. Si un instrumento no se calibra y somete a prueba funcional en forma regular, no se podrá saber si el sensor se encuentra contaminado, con el consecuente riesgo para el usuario. Los inhibidores, si bien no son tan destructivos como los contaminantes, también tienen un efecto negativo sobre el sensor. Si gases combustibles e inhibidores se encuentran presentes al mismo tiempo, el sensor catalítico podría no detectar el gas combustible. Los inhibidores pueden insensibilizar la perla catalítica y acortar su vida útil, pero luego de una adecuada calibración y prueba funcional, el sensor podría volver a utilizarse. Algunos de los inhibidores más comunes son los compuestos halogenados, así como cualquier substancia que contenga astato, bromo, flúor, cloro y yodo.
Si un detector ha estado expuesto a cualquiera de ellos, se recomienda realizar una calibración para verificar su correcto funcionamiento. Durante este proceso, además del gas de calibración, la perla quemará material inhibidor que pudiera permanecer en el sensor. Ahora bien, si el sensor se insensibiliza en forma repetida o se ve expuesto a una gran cantidad de agente inhibidor, podría no recuperarse y la calibración fallar.
No siempre es tan evidente la exposición de un sensor a un contaminante o inhibidor. Por ejemplo, numerosos lubricantes o productos en base a silicona se encuentran en forma de spray y pueden entrar en contacto con el detector de un usuario que se encuentre cerca del punto de aplicación. Muchos de estos productos tardan también en secarse, liberando químicos y vapores en el proceso. Asimismo, se debe tener en consideración el lugar de almacenamiento del detector, donde también éste podría verse expuesto a algún contaminante o inhibidor. En consecuencia, comenzar el día con una calibración y prueba funcional, además de calibrar el detector cada vez que se sospeche que pudo estar en contacto con alguna de las substancias mencionadas u otras con efecto similar, asegurará una correcta y segura operación.